Son muchas las empresas que apoyan la promoción de la diversidad y la inclusión, pero el verdadero desafío es poner la teoría en práctica.

La inclusión de la mujer en el mundo laboral es uno de los mayores retos de nuestro tiempo. Actualmente, a medida que evolucionan muchas industrias, las mujeres aún están poco representadas, especialmente en puestos de liderazgo y gestión.

La situación se complica por el hecho de que son insuficientes en la mayoría de las empresas, a pesar de que existen políticas y programas diseñados para promover la participación y el liderazgo de las mujeres.

En Perú, solo el 9,59% de las mujeres ocupan puestos de liderazgo en las empresas, y ocupan estos puestos menos tiempo que los hombres.

Entonces, la pregunta es: ¿Cómo impulsamos el liderazgo femenino? Alma Consultores te cuenta en este artículo.

 

Oportunidades de capacitación

Es necesario estimular los planes de capacitación para las mujeres con el fin de mejorar su crecimiento y desarrollo en la organización.

La capacitación brinda todas las oportunidades para transformaciones y crecimiento. La gerencia necesita habilidades personales como la comunicación y la confianza, y también deben tener conocimiento técnico y herramientas para ayudar a administrar y optimizar los equipos.

 

Involucrar a las mujeres en las tareas de gestión

Es importante que las empresas den a las mujeres la oportunidad de demostrar de lo que son capaces para que puedan ocupar los mejores puestos.

En algunos casos, existe una brecha de género en la delegación de tareas, lo que significa que, independientemente de la educación que tengan las mujeres, a menudo no se les brindan las mismas oportunidades para realizar tareas gerenciales, como administrar proyectos o representar a la empresa ante los clientes.

Esta iniciativa puede mejorar el clima laboral y motiva al equipo a demostrar su potencial y desarrollar sus tareas sin miedo a prejuicios.

 

Cultivar una cultura interna, igualitaria y amigable

Cambiar la cultura interna de cualquier organización puede ser complicado, pero es necesario para mejorar la desigualdad de las mujeres en la sociedad: por ejemplo, horarios de trabajo flexibles por cuestiones de apoyo familiar o simplemente estructuras de carrera destinadas a crear igualdad de oportunidades para el progreso.

Par concluir, recordemos que esto no se trata de incluir personal nuevo solo por su género, sino de brindar real y efectivamente las mismas oportunidades para todos y motivar a las mujeres a asumir cargos altos.

¿Qué te pareció el artículo de hoy? ¡Comentamos si ya fomentas programas de inclusión en tu empresa!

 

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