En el mundo empresarial, a menudo nos encontramos lejos de la generosidad, de la apreciación mutua y de la autocompasión. Muchas veces, estamos inmersos en un sistema de amenaza que no solo se activa frente a amenazas reales, como el temor a perder un empleo, sino que también se enciende con la mera posibilidad de que algo negativo pueda suceder. Esto puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental en el trabajo.
La neurociencia nos enseña que aproximadamente el 70% del tiempo, nuestra mente divaga de manera involuntaria, y estos pensamientos no controlados a menudo tienden a ser negativos. Este patrón de pensamiento puede arrastrarnos a aumentar los niveles de estrés y empeorar nuestra salud mental en el trabajo.
Existen sistemas internos de regulación emocional que influyen en nuestra salud mental. Uno de ellos es el sistema de logro, que se activa cuando nos enfocamos en la consecución de objetivos. Este sistema genera dopamina, el neurotransmisor del placer, que puede resultar adictivo. Sin embargo, cuando esta búsqueda de logros se convierte en una obsesión, podemos dejar de segregar dopamina y, en su lugar, el cortisol, la hormona del estrés, entra en juego en nuestro cuerpo.
Por otro lado, el sistema de calma, que produce oxitocina, nos ayuda a regularnos, a sentir satisfacción, a pensar con perspectiva y a activar el autocuidado. Cuando aumentamos la activación del sistema de calma en nuestro organismo, disminuye el del sistema de amenaza. Por lo tanto, activar el sistema de calma nos permite cuidarnos a nosotros mismos y a los demás.
A continuación, explicaremos una palanca del bienestar en el entorno laboral y cómo activar el sistema de calma para alcanzar un estado de bienestar mental.
El Porqué de la Labor Diaria
Una de las claves para alcanzar un bienestar mental en el trabajo es encontrar un sentido en el quehacer diario. Los japoneses se refieren a esto como “ikigai”, que se traduce como “la razón de ser” o el propósito que le da sentido a la vida. En el ámbito laboral, el ikigai no viene predefinido, sino que cada uno debe construirlo.
El ikigai se compone de cuatro ingredientes fundamentales:
- Sentido de Pertenencia: Sentirse parte de la empresa, del proyecto y saber que uno es cuidado.
- Amabilidad: Tratarnos a nosotros mismos y a los demás de manera amable.
- Agradecimiento: Practicar la gratitud y reconocer lo que tenemos.
- Calma: Vivir con tranquilidad y ser capaces de regular nuestras emociones.
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